Enfoque nutricional de la dieta poscirugía bariátrica
1 Julio 2023
Cualquiera que sea el modelo de alimentación propuesto para el periodo poscirugía de la obesidad, debe cubrir todos los requerimientos de proteínas, vitaminas, minerales, fibras, grasas esenciales y agua que necesita el organismo.
Proteínas:
Es el macronutriente más importante que tenemos que controlar, ya que facilita la cicatrización rápida de suturas y heridas; ayuda a preservar la masa magra durante el periodo de pérdida de peso. La cantidad de proteínas requeridas debe constituir al menos 1,0 g/kg peso ideal/día. En la práctica equivale a ingerir entre 60 a 80 g de proteínas diarias.
El problema radica en que los alimentos que contienen las proteínas (carnes, pescados, huevos, derivados lácteos, etc.) no suelen ser tolerados en las primeras semanas de la cirugía. Por ello, puede resultar adecuado administrar un suplemento extra de proteínas en polvo, en la comida, a partir de un módulo específico de proteínas o mediante el empleo de un producto comercial hiperproteico e hipocalórico.
Hidratos de carbono:
Es un macronutriente y representará más del 50% del aporte diario de energía y su procedencia será variada: verduras y frutas fundamentalmente, y en menor cantidad, legumbres, arroz, papa, batata, mandioca, pasta, pan, etc., evitando los alimentos o productos con elevado contenido en azúcares (galletas, caramelos, helados, refrescos y zumos azucarados y la mayoría de dulces y repostería) que tienen el efecto de elevar el aporte energético y facilita el vaciamiento rápido del estómago (síndrome de dumping).
Fibra:
Existen dos tipos, la soluble y la insoluble. La fibra insoluble contenida en hortalizas crudas, cereales integrales y algunas legumbres, puede ser muy mal tolerada en los pacientes con capacidad gástrica reducida. La escasez de ácido clorhídrico no permite digerir bien las paredes celulares y origina sensación de pesadez gástrica y flatulencia. Solo la fibra soluble contenida en los alimentos o administrada en forma de beta-glucanos (en cereales como la avena, la cebada, el centeno, incluso el trigo, el maíz, levaduras, bacterias y algas) u oligosacáridos es bien tolerada. Los beta-glucanos pueden estimular el sistema inmunitario, ayudando incluso a destruir las células cancerígenas (está en estudio su uso para el tratamiento del cáncer).
Grasas:
En su conjunto, no deben superar el 25-30% de la energía total diaria, eligiendo siempre grasas mono y poliinsaturadas (aceites vegetales como el aceite de oliva y pescados de mar). Si bien es un macronutriente y es esencial su aporte en la alimentación diaria, es importante diferenciar los tipos de grasas esenciales y los que pueden afectar el normal funcionamiento digestivo y metabólico.
La grasa tiende a lentificar el vaciado gástrico y agravar síntomas preexistentes de reflujo gastroesofágico. En derivaciones gástricas o biliopancreáticas, con componente malabsortivo, la excesiva cantidad de grasas puede ocasionar dolor abdominal, flatulencia y esteatorrea.
Los alimentos ricos en grasas (embutidos, patés, carnes grasas, quesos grasos, frutos secos, frituras en general), deben evitarse por la posible intolerancia, y su excesivo aporte calórico que frena la curva de pérdida de peso y/o facilita su recuperación.
Alcohol:
El alcohol aporta calorías y su presencia evita la oxidación de las grasas, perjudicando la pérdida de peso. El consumo excesivo puede desencadenar complicaciones médicas, como enfermedades hepáticas como el hígado graso, la pancreatitis, miocardiopatías, etc. Además, puede favorecer el desarrollo de carencias de vitaminas como la B1, B6, B9, y minerales como el magnesio, el fósforo, el zinc, el hierro. Se asocia el consumo indiscriminado del alcohol con la disminución de la masa ósea.
Existe una asociación positiva entre el paciente posbariátrico y la mayor posibilidad de intoxicación aguda tras la ingestión del etanol o a un riesgo aumentado a desarrollar adicción. Se ha notado que los pacientes con gastrectomía o cuyo estómago ha sufrido algún cortocircuito, por decirlo de alguna manera, están más expuestos a un mayor daño agudo tras la ingesta del alcohol, por lo que se aconseja el consumo moderado o la prudencia en los pacientes sometidos a la cirugía bariátrica.
Dra. Yenny A. Barrios V.
Nutricionista Clínica
Reg. Prof.: 573