
KURUSU ÁRA: La Celebración de la Cruz
1 Mayo 2025
Cada 3 de mayo se celebra el Kurusu Ára o Día de la Cruz, una festividad de raíces profundas en la religiosidad popular.
Durante el proceso de cristianización, los conquistadores integraron elementos de los rituales de los pueblos originarios con el objetivo de implantar la nueva fe y sus costumbres. De esta fusión surgió una expresión de sincretismo religioso que persiste hasta nuestros días.
Origen y significado
La celebración del Día de la Cruz se remonta a los albores de la conquista. Para los guaraníes, mayo era una época de siembra, ya que su organización social y económica giraba en torno a la agricultura. Su espiritualidad estaba estrechamente vinculada a los ciclos de la naturaleza, en los que la siembra y la cosecha eran fundamentales para la supervivencia de la comunidad.
La adoración de la cruz
Las cruces veneradas suelen ser reliquias familiares, hallazgos fortuitos o pertenencias de algún difunto. Algunas familias conservan cruces que datan de la Guerra de la Triple Alianza o de la Guerra del Chaco. Además, era costumbre enterrar a los angelitos (niños fallecidos) en los patios de las casas y recordarles especialmente en esta fecha. También se visitan las cruces colocadas a orillas de los caminos, mientras que los ñembo'e purahéi (cantores de oraciones) recorren la comunidad entonando plegarias.
Calvario y sus símbolos
Para la advocación de la Cruz, se emplean especies nativas con un profundo simbolismo. La más representativa es el laurel hû, árbol sagrado en la cultura guaraní y relacionado con el origen del fuego. También se utilizan caña de Castilla, tacuarillas o, en ausencia de estos, caña de azúcar. Con estos materiales se construye una bóveda acorde al tamaño de la cruz o del espacio destinado a la celebración, decorándola con flores blancas, amarillas y azules. Uno de los elementos más distintivos de la festividad es la bóveda adornada con chipas de diversas formas y tamaños, siendo la más tradicional la de tipo argolla.
Las chipas se elaboran en gran cantidad para ser compartidas con los visitantes después de la oración.
Como parte de la tradición, se prepara el chipa jegua, una variedad decorada con diseños creativos que reflejan el talento de las cocineras. Si la celebración está dedicada a un angelito, se organizan juegos y se reparten golosinas para los niños. El momento culminante de la festividad es la chipa jepo'o, cuando los anfitriones, promeseros o padres del angelito reparten generosamente las chipas a los visitantes y cantores, en medio de un ambiente de alegría y confraternización.
Un espacio de identidad y comunidad
Más allá de la devoción religiosa, Kurusu Ára es un momento de encuentro y reafirmación de la identidad cultural. La celebración permite a los participantes compartir, transmitir valores, contar historias familiares y comunitarias, y fortalecer los lazos entre generaciones. Sin embargo, las transformaciones sociales han impactado en esta tradición. La urbanización de las zonas rurales, la pérdida de la biodiversidad, las exigencias laborales y el encarecimiento de los insumos han dificultado su continuidad.
A pesar de ello, Kurusu Ára sigue siendo un testimonio vivo de la resistencia cultural y la espiritualidad del pueblo paraguayo.

Margarita Miró Ibars
Historiadora - Investigadora - Escritora – Docente