
Las malas costumbres a la hora de alimentarse
1 Junio 2022
No desayunar, consumir muchas bebidas gasificadas, abusar de los alimentos light, comer demasiado rápido o guiarse por falsos mitos alimenticios, son algunas de las malas costumbres alimenticias que muchas veces repetimos a diario.
Sentarnos a comer sin hambre, cuando el cuerpo siente inapetencia, es señal de que todavía no acabó de digerir lo consumido anteriormente. Muchas veces, cometemos el error de comer encima de lo comido y lo único que causamos es una sobrealimentación, lo cual ya no alimenta.
Solemos escuchar que “cuando hay hambre no hay pan duro”; sin duda el hambre se convierte en el deseo y el condimento esencial ante la comida, a tal causa que cualquier alimento se transforma en un manjar. Hay veces que el hambre no se manifiesta porque el cuerpo no lo pide, pero de igual forma seguimos comiendo. Es importante que ante estas circunstancias seamos conscientes y no recurramos a potenciadores del apetito, como el alcohol y los aperitivos, que solo empeoran la digestión aprovechando menos los nutrientes que estamos ingiriendo.
“El lunes empiezo a comer saludable” , es una promesa que hemos realizado cientos de veces, pero la realidad es que llegado el lunes volvemos a comer a deshora o lo primero que encontramos en el camino. Alimentarnos de manera adecuada no es una tarea sencilla, adquirir malos hábitos alimenticios es más sencillo de lo que imaginamos, incluso, muchas veces no somos conscientes de que nuestras costumbres alimenticias son incorrectas. Una alimentación saludable debe estar integrada por toda clase de alimentos que abarquen desde verduras, frutas hasta carnes y lácteos, entre otros. No se puede abusar de ciertos alimentos ni prescindir de otros.
Malos hábitos alimenticios de los cuales puede estar siendo víctima
No desayunar. No es noticia que por ser la primera comida, es una de las instancias más importantes. Un buen desayuno debe poseer hidratos, proteínas, grasas y vitaminas. Si no respetamos esta primera comida, nos faltarán las energías necesarias para afrontar la jornada. Cuando no comemos lo suficiente en los horarios que debemos, el cuerpo comienza a sentir hambre antes de tiempo y, para saciarla, comemos lo primero que encontramos sin importar la hora.
Hidratación. Está comprobado que el cuerpo necesita al menos 2 litros de agua al día; por eso, lo mejor no es esperar a tener sed, sino beber agua en cualquier momento del día.
Alimentos light. Es verdad que contienen un menor porcentaje de calorías que los alimentos comunes, pero no significa que su abuso no engorde. La clave está en consumirlos en la misma medida que lo haríamos si no fueran light.
Consumo de alcohol. La ingesta de bebidas alcohólicas puede ocasionar varios problemas de salud, pero además, su alto contenido calórico puede incrementar rápidamente el peso corporal.
Comer de prisa. Nos conducirá a ingerir más de lo que nuestro organismo realmente necesita. Por eso, lo mejor es masticar y comer despacio para propiciar la digestión.
Comida rápida. Muchas veces, por el acelerado ritmo de nuestras vidas recurrimos a las cadenas de comida rápida. La realidad es que no es bueno que este tipo de alimentos se transforme en nuestro menú diario.
Se cree que los productos integrales no engordan. La verdad es que tienen solo entre un 10 a 20% menos de calorías que las harinas blancas. Su mayor beneficio es la fibra que ayuda a la digestión y a la salud del tracto intestinal y, además, sacian más porque se digieren lentamente.

Lic. Lorena Benítez
Nutricionista
Reg. Prof.: 1327